Silvestre Revueltas. Primera parte

Resumen

Notas biográficas del Silvestre Revueltas. Nació en Santiago Papasquiaro, Durango, el 31 de diciembre de 1899. A los 7 años estudió solfeo, más tarde organizo una orquesta de niños. Inició sus estudios de violín en Colima, continuó en Durango. A los 12 años llegó a la Ciudad de México. Se va a estudiar a Estados Unidos, madura como artista, pero su situación económica sigue mal. En 1994 se une a Lupe Medina, Carlos Chávez y Francisco Agea, dan conciertos. Sufre un accidente automovilístico y padece alcoholismo En 1931 se casa con Ángela Acevedo y tienen tres hijas, de las cuales solo sobrevive Eugenia. En 1937 asiste al II Congreso de Escritores Antifascistas, en España. Las diversas obras que compuso sin reposo, partituras para películas. El 5 de octubre de 1940 se estrenó El renacuajo paseador pero no puso asistir porque falleció. Testimonios de: Rosaura, hermana de Silvestre, sobre el carácter y personalidad bromista y le daba un poco de miedo, cuenta una anécdota con un vendedor de violines de juguete. Amaba la vida, le gustaba comer y beber bien, adoraba a su madre y respetaba a su padre. Salvador Contreras, describe cómo era físicamente, su mirada penetrante, un gran creador. Sobre cómo enseñaba a dirigir la orquesta, aprendió viendo su trabajo, de observación de alumno al genio. Juan de la Cabada, escritor, lo describe gordo, con una herida en la cara, pelo revuelto, un hombre dulce, tierno, fuera de fórmulas. Blas Galindo, platica una anécdota en el Conservatorio Nacional de Música, cuando le leyó unos poemas de López Velarde y le regaló su cheque de pago a una alumna que necesitaba dinero para el entierro de su madre. Raúl Lavista, compositor, comenta como lo veía, se reunían en el Café París, hombre de izquierda, no aparatoso. Eugenia Revueltas, hija de Silvestre, sobre el uso de camisas sin cuello, ya que le incomodaba por su gordura, andaba despeinado, le daba risa verla bailar, la impresión que le causó la exhumación de su padre, al ver su cabello como lo recordaba; platica una anécdota de cuando la rescataba del castigo de su madre. Cuca, hermana de Silvestre, dice que nunca lo vio borracho, pero un día llegó a ver a su madre con unos loros que le dio de regalo. Rodolfo Halffter, dice que se le conocía en Valencia, por la LEA, Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, después se encontraron el Madrid y de vuelta a Valencia. Cuando se encontraron en México le regaló el libro de Pito Pérez y le dijo que así era él.