Los sueños de Quevedo: Las zahúrdas de Plutón. Segunda parte

Resumen

Segunda parte de Las zahúrdas de Plutón de Francisco de Quevedo. Quevedo se descubre en el infierno y, sorprendido, lamenta las cosas que dejó en el mundo. Sin embargo, al ver llegar tras él a conocidos y multitudes despeñándose hacia el mismo destino, se consuela. Recorre el infierno y encuentra a los sastres, quienes llegan en tal cantidad que hasta los demonios dudan en recibirlos. Luego encuentra a un librero condenado no por sus obras, sino por los malos libros que vendía, traducidos al romance para ignorantes. Es castigado con humo de sus propias hojas y la lectura eterna de sus libros. Más adelante, Quevedo halla una zona helada donde sufren los bufones, aduladores y truhanes: gente inútil, ridícula y complaciente, que se condena por hacer reír o agradar a todos. Muchos fueron jueces injustos, esposos negligentes o mujeres que vivieron solo para complacer. Finalmente, el narrador atraviesa un corral infestado de chinches donde están los zapateros, condenados por trabajar con la piel ajena y venir al infierno “en cueros”. Todo el recorrido es una crítica mordaz a los oficios, hipocresías y comportamientos humanos, donde nadie cree estar condenado… hasta que es demasiado tarde.