Cuento de: José María Moreira Campos. El Dr. Antero, el notario y el farmacéutico, ven pasar a unos soldados que traen a un anciano detenido, al considerar que su falta no es grave, les piden que lo suelten, pero uno de los soldados comenta que le pegó al hijo del juez, entonces el anciano suplica: "Suéltenme, la paciencia no me da pa' estar preso", estas palabras resonarán en la mente de quienes vieron al preso, al conocer el desenlace del mismo.